Vivir de sueños (2020)

✿ Título original: Vivir de sueños Vol. 1

✿ Tipo: Saga. Un plan mayor, 1 de 5 (?)
✿ Autor: Elizabeth RH
✿ Sinopsis: “El dios del hielo”, Erwin Schmidt, ha decidido mantenerse recluido en su cabaña Suiza, lejos de las pistas de patinaje y de todo lo que pudiera recordarle lo que ya no es debido al daño sufrido por una doble lesión. Pero una llamada telefónica y una razón financiera podrían motivarlo a regresar al hielo de una forma que jamás pensó.
¿Podrá llevar a cabo la nueva encomienda y descubrir si es posible volver a levantarse?

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Creo que soy la última en escribir su reseña, aclaro que no por falta de interés, sino porque, a medida que otros lectores hacían la suya, hubo una en particular que me llamó la atención por usar una palabra concreta para describirla: edificante.

No puedo acordarme de dónde la leí, pero sé que lo hice porque no había escuchado el término. No es una palabra con la que me encuentre familiarizada, pese a que la definición es bastante breve:

Edificante. Adjetivo. Que sirve de ejemplo para actuar bien o incita a la virtud.

La verdad es que me dejó pensando mucho, y mientras más lo hacía, más quedaba totalmente convencida de que esa es la palabra adecuada: edificante.

Hay que retroceder un poco para entenderlo, para poder explicar la impresión que me ha dejado la novela, es necesario hablar de los personajes.

La historia nos habla de varios, pero para los fines de esta reseña, me limitaré a tres, por orden de aparición: Erwin, Stephen y Jael (hablaremos de los otros más adelante).

Erwin empieza la novela. Se trata de un tipo serio, un poco amargado con la vida, casi llegando a lo misántropo (bueno, siento en realidad no es “casi”, pero aun es funcional el hombre como ser humano).

Él es la persona de la que nos habla la sinopsis. Como planteamiento, está bien, me recuerda MUCHO a la forma en la que empiezan las presentaciones de patinaje (a propósito de la temática, por cierto); el patinador entra a la pista, deslizándose sin prisa, quizás dando un par de vueltas para tomar su posición.

A mí, en lo personal, me gustan esos inicios, te plantean una normalidad, una rutina que de pronto se ve interrumpida, en este caso, por una llamada telefónica.

Y A PARTIR DE AQUÍ PUEDE QUE SE CONSIDERE TODO COMO UN SPOILER, Y QUIEN AVISA NO ES TRAIDOR.

(mi copia con separador conmemorativo y todo)

Francamente pensé que todo se iba a contar desde la perspectiva de un hombre que perdió todo e iba a tener que lidiar con el hecho de estar con gente que recién empieza en ese mundo que dejó atrás, incluso cuando Stephen se incorporó, me pareció que el chico sería solo la piedrita en zapato (expresión usada para mantener el decoro de esta publicación), sin embargo, al momento en que aparece Jael, empieza una nueva perspectiva.

¿Por qué esto es relevante?

El uso de diferentes personajes para contar una misma historia no es una técnica nueva, y en este caso me parece muy acertada para poder enfatizar algunas cosas, por ejemplo, la que más me llamó la atención, fue cómo se percibe a Erwin.

Él mismo apenas y se siente como una sombra de lo que fue, como un montón de sueños truncados, promesas y expectativas detenidos por un constante dolor en las piernas, inexperiencia en el rubro del entrenamiento (¿coucheo? ¿existe eso?) e incompetencia total en el sentido administrativo/financiero.

Claramente no es eso lo que ven los demás, y aunque llega a notarse que hay quienes se sienten incómodos por no saber qué hacer o decir en su presencia, nos incumben Stephen y Jael.

Es muy poco el tiempo que estamos en el punto de vista de vista de Stephen, pero se nota que, aun siendo un total imbécil, definitivamente en Erwin no ve a alguien por quien se deba de sentir lástima.

Una de mis partes favoritas es, de hecho, cuando describe un lapso breve de entrenamiento que Erwin tiene con Jael, mirando a distancia. Se le nota irritado por la idea de que él mismo no puede decir con total convencimiento: soy mejor, lo he superado.

Jael es más obvia al respecto, la chica esta flechada en cualquier sentido posible, y claramente no se percata de los malabares que Erwin tiene que hacer para que sus deficiencias no ahoguen a los tres. En parte por su falta de experiencia, y en parte porque es el tipo de persona que espera lo mejor.

Aunque hay que ahondar un poco en esto.

Si bien Jael es el personaje novato, y me atrevo a decir, inocente también, tampoco es parte del grupo de lo que se suele denominar “positivismo toxico”. Es decir, no es que todo sea miel sobre hojuelas o mire el mundo con gafas rosas, pero definitivamente no es de las que suelen esperar (o pensar) lo peor, algo de lo que sus compañeros se dieron cuenta y aprovecharon, y pues pasa lo que tiene que pasar, cuyas consecuencias veremos en el segundo volumen (que por cierto, la autora, Elizabeth, se merece un tope borrego por andar usando eso como sinopsis, los que no han leído el primero no van a tener la misma reacción si por casualidad ven ese spoiler, y sí, eso es un spoiler)

Y llegamos así a mi personaje favorito: Stephen.

Un niño rico, extremadamente odioso, que se esfuerza con ganas para que el mundo lo odie cada vez más.

Creo que tengo un problema, me gustan los personajes odiados del fandom.

En fin, claramente se nota que la autora es todo lo opuesto. Se le describe de cierta manera y mantiene cierta actitud que afecta a los demás, pero sus líneas hasta me dan ternura porque son todo menos fluidas, como que se atora el insulto, la ironía y el sarcasmo podrían dar más, pero Elizabeth se contiene.

Erwin lo castiga con flexiones cada que insulta, maldice u ofende, creo que el hombre se escandalizaría más conmigo que con Stephen, aunque claro, eso no significa que personajes como Olive, no resientan lo intencionalmente hiriente que puede ser.

Hacia el final del libro me parece interesante (pero nada sorpresivo, era algo que se veía venir), la última pincelada que se le da (y obvio, desencadenó un fic). Aquí me mantengo a la expectativa sobre lo que podría venir, porque llegamos al punto en que no muchos logran ser convincentes, y es la diferenciación entre la evolución de un personaje y la simple justificación, como, por ejemplo, me pasó con Maléfica.

Maléfica es mi villana favorita de Disney, una tipa loca, orgullosa y caprichosa que hacía las cosas porque quiere y porque puede. Esto, naturalmente, no la hace buena, ni modelo a seguir, pero en la película de Jolie, pasa de una Diva del mal (así se llama la línea de Disney), a una víctima inocente cuya única motivación es el despecho.

Pero volviendo al tema.

Vemos un poco del pasado de Stephen, con algo que me parece super clave en todo (y por eso hice fic, insisto) y por la promoción del segundo volumen, sé que veremos y ahondaremos más en él, por lo que sí, lo espero con mucha emoción.

Y por cierto, ¿Günt nunca consideró que eso, sobre Stephen, era un detallito pequeñito pequeñito, pero muy IMPORTANTE para diseñar su entrenamiento?

Pasemos ahora a un aspecto que no me convenció del todo: Mikhail, Vidhi, Melek y Anna.

Primero, en realidad no es que no me gusten en forma individual (bueno, Vidhi en serio no me gusta), o que no traigan una propuesta interesante, sino que siento que aparecieron de la nada, para contarnos cosas del pasado que no están (aún) relacionadas con la historia principal que nos están contando.

Estoy segura de que algo así fue lo que me pasó con Canción de Hielo y Fuego, me frustraba un poco que no se unieran las piezas y era como varios libros a la vez, hasta que por fin se juntaron.

Este nuevo grupo ofrece un vistazo al doloroso proceso por el que pasó Erwin recién su lesión y nada más.

Pero, pero, pero (leer también con voz de “Te lo resumo”), no puedo mentir y decir que no me intriga lo que Anna tiene que ofrecer, y es que guardo la esperanza de que será la antítesis de Jael.

Ya me estoy extendiendo demasiado, así que abordaré el montón de detalles sueltos:

La canción que usa Jael en su audición es Try, de Mandy Harvey, artista que no conocía y porque sé que en fondo habrá alguien que tampoco, dejaré esto por aquí.

Debido a que no conocía la canción, y no quise detener en la lectura para buscarla, mi cerebro uso una pista diferente que me sé casi de memoria porque mi teléfono la tenía descargada desde sus ajustes de fabrica y funcionó como mi alarma despertador hasta que me lo robaron: Dream it possible, de Delacey.

Tengo la teoría que fue una mezcla entre la lírica y el título del libro el motivo por el que mi subconsciente hizo esa sugerencia, y definitivamente el vídeo me hizo pensar a mil en Jael y su padre. Y ya que ahora mi cabeza la tiene como parte del soundtrack no oficial, haré que alguien más también.

Y finalmente, uno de los puntos también comentado en otras reseñas: yo no sé mucho de patinaje.

Veo los juegos de invierno (a veces), veo videos en Youtube de vez en cuando, más que nada porque se ve bonito, sé que existen diferentes categorías e incluso sabía que los patines son diferentes para cada una, pero ni idea de nombres concretos de cada movimiento.

La verdad es que, igual que con la canción, mi cerebro no se hizo mucho lío, usó clips aleatorios de rutinas que había visto y las puso así para imaginarme las escenas… y a Stephen le tocó una de Yuri on Ice… lo siento, pero es que hasta el personaje se me figura.

Vivir de sueños se sale, y por mucho, del género que suelo leer, pero no por eso no fue una lectura disfrutable, de hecho, se me hizo súper cortita, un momento estaba en Zermatt con las ovejitas nariz negra, y luego sacudía a Stephen para que el idiota no "dejara" el equipo.

Foto bonita de ovejitas de Zermatt para cerrar el post.